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4 diciembre 2018 | Neurociencias

Explorar la intuición para una vida ágil

Sentimientos viscerales, corazonadas y percepciones intuitivas. A menudo descartados, forman parte de la habilidad humana llamada “intuición”.

* Basado en el texto original de Silvia Damiano publicado en el blog de About My Brain

La experiencia nos indica que las respuestas a una idea intuitiva suelen ser negativas o desdeñosas. Un CEO quiere ver un plan de negocios si necesita financiación, y probablemente no prestará atención a una propuesta basada en una corazonada. Nos encontramos con que tenemos que probar todo lo que decimos con hechos si queremos ser respetados o tenidos en cuenta.

Las cosas son un poco diferentes en un hospital o sala de emergencias. Debido a las condiciones apremiantes, los médicos o paramédicos confían en sus corazonadas combinadas con cualquier información disponible para intentar salvar la vida de alguien. El personal de emergencias debe actuar con rapidez y ser ágil si quiere salvar al paciente. No hay tiempo para armar un  plan de negocios porque el paciente podría estar muerto en cuestión de minutos. ¿Es tal vez la urgencia el factor determinante para que estemos más conectados con nuestra intuición?

Siendo realistas, seguir solo los hechos no siempre garantiza el mejor resultado en todo momento. Un buen ejemplo de esto sería la letra pequeña de un acuerdo de cartera de inversiones. Los términos y condiciones estipulan claramente que los rendimientos pasados ​​no garantizan ganancias futuras. Si los hechos anteriores no pueden garantizar el resultado deseado, ¿por qué seguimos valorando los hechos más que nuestra capacidad de intuir?

Al buscar opiniones sobre este tema, encontré numerosos artículos en la prestigiosa revista Forbes que mostraban posturas muy opuestas, como “No confíe en sus tripas” y “Confíe en su intuición; no hacerlo puede ser costoso”.

Con tales puntos de vista opuestos, es fácil sentirse confundido e ignorar el valor que la intuición puede aportar a nuestra existencia. Sin embargo, la investigación realizada al crear el modelo i4 Neuroleader demostró que aproximadamente el 88% de las 2000 personas encuestadas creían que la intuición les había resultado útil en la mayoría de las decisiones importantes de sus vidas.

De este modo, si bien la visión tradicional de la gestión siempre ha favorecido el enfoque analítico sobre el intuitivo, personas altamente exitosas como Richard Branson, Oprah y Steve Jobs preferían seguir su intuición tanto en la faz personal como profesional.

¿Podría ser que algunas personas son más intuitivas que otras? Muy probable. De la misma manera que todos tenemos diferentes cerebros y respuestas a las situaciones, no debería sorprendernos que todos tengamos diferentes niveles de intuición, creando esta dicotomía de opiniones. ¿Es posible desarrollar nuestra intuición y mejorarla?

Ciertamente podemos, y mejorar la intuición es un esfuerzo digno. Convertirse en un líder más intuitivo tiene un gran valor. Existen marcos específicos, procesos y estrategias que se enseñan en los Programas i4 Neuroleader que pueden ayudar a despertar esta capacidad en el trabajo y en la vida. En la próxima nota, cuatro razones para profundizar en este camino.

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