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9 octubre 2018 | Aprendizaje organizacional

Inteligencia emocional: cómo gestionar lo que excede a la razón

El aspecto emocional, que fuera desestimado durante mucho tiempo, constituye un motor fundamental en el desarrollo de las organizaciones y es aconsejable trabajarlo en profundidad.

A partir del contacto permanente con las empresas, detectamos hace aproximadamente cuatro años que una de sus principales dificultades estaba vinculada con la gestión de la inteligencia emocional. En base a esa necesidad, comenzamos a investigar y desarrollar nuestro trabajo en este campo.

Tomando como punto inicial la valiosa obra de Daniel Goleman, ampliamos el horizonte y estudiamos diversos desarrollos teóricos que se fueron sumando con los años. En ese sentido, prestamos especial atención al aporte de la neurociencia a nivel de las emociones”.

Adriana Carel, Directora de Learning & Development, sostiene que “es mucho lo que cambió en las últimas décadas. Antes se consideraba que quien manifestaba sus emociones no tenía una buena performance. Existían incluso programas muy buenos conceptualmente, pero siempre trabajando desde los lóbulos prefrontales, desde las funciones cognitivas. El foco estaba puesto en lo racional y no en la relación entre emoción y razón, que es de donde surge el concepto de inteligencia emocional. En nuestra visión, lo que impulsa a las personas a la acción son las emociones, y lo que impulsa a las organizaciones son las personas. Es por ese motivo que las emociones juegan un rol tan importante”.

Hoy por hoy, muchos de los programas que llevamos adelante desde Whalecom tienen el abordaje de la gestión emocional. Contamos con diversos talleres focalizados en brindar herramientas para que los participantes puedan conocer y gestionar sus emociones.

Ofrecemos también actividades donde se conjugan la gestión emocional y el liderazgo. Talleres cortos con algunas organizaciones, con un modelo de estilo pack. Armamos un esquema a la medida de las necesidades del cliente con talleres, laboratorios, sesiones de coaching.

Una iniciativa que condensa nuestro conocimiento y nuestras prácticas en esta área es el programa abierto Desarrollo de la Inteligencia Emocional que dictamos junto a Clemencia González Silveyra en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella.

Se trata de una propuesta fuertemente experiencial, diseñada sobre la base de actividades que funcionan como disparadores emocionales.

Una de las que más se destaca es la que se realiza con caballos, donde los participantes se conectan especialmente con sus miedos. Debemos aprender a conocer al miedo, a amigarnos con el miedo, a no reprimirlo. También hay que saber identificar cuándo se convierte en un obstáculo que nos paraliza, nos bloquea y nos genera situaciones de malestar o estrés.

Incorporamos además técnicas de improvisación teatral, para poder identificar las emociones, ya que se manifiestan también en distintos órganos y muchas veces las desoímos porque desconectamos el cerebro del resto del cuerpo.

Otro elemento que utilizamos es la danza, particularmente el tango, que permite trabajar en varios aspectos de la inteligencia emocional porque tiene que ver con la interrelación. Es una danza que, haciendo un paralelo, contempla la función de un líder: uno conduce y otro es conducido. Aquí se ponen en juego las habilidades de liderazgo, y una habilidad clave en ese sentido es la empatía.

El programa de la UTDT tiene una duración de dos meses y medio y comenzó en septiembre. Es abierto y está dirigido a toda persona que quiera ampliar y desarrollar habilidades intra e interpersonales para una gestión emocionalmente inteligente. Este programa “EmocionalMENTE” también lo dictamos in company desde Whalecom.

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